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Puede que alguna vez te hayas preguntado si cualquier uva es apropiada para la elaboración del vino. La respuesta directa es que no, no todas son apropiadas. Si bien es cierto que en todos los casos sí se podría conseguir una fermentación, el resultado podría no ser el esperado en ciertas variedades. Entonces, ¿qué uvas se utilizan para elaborar el vino?
Índice de contenidos
Las variedades de uva que existen son tantas que resulta complicado enumerarlas una por una. Aun ciñéndose a las uvas que se utilizan para elaborar vino, son demasiadas. Además, en ocasiones se realizan cruces o mejoras genéticas, con lo que el número aumenta. Sin embargo, las uvas que se ponen en la mesa y las que se llevan a la bodega son muy diferentes, lo que permite diferenciar dos grandes grupos.
Para la elaboración del vino hay que utilizar un tipo de uva muy diferente a la que se lleva a la mesa. Si se destina la uva de vino para comer, es probable que la textura e incluso el sabor resulten menos agradables de lo que se espera al introducir el fruto en la boca. Y, si se utiliza la uva de mesa para hacer vino, es probable que se consiga, pero le faltarán matices y personalidad. El resultado sería un vino vacío. ¿Por qué?
Los tipos de uva para vino se caracterizan por tener un fruto pequeño, de piel gruesa -hollejo-, con las pepitas justas y poco jugo, en comparación con las uvas de mesa. No son especialmente dulces, salvo las cultivadas para conseguir vinos especiales. Sin embargo, tienen un aroma más potente, en el que se distinguen perfectamente los matices vegetales. Todo esto se debe a que la vid se deja expuesta a los elementos y la uva no tiene apenas protección. Dentro de este grupo se pueden hacer dos diferenciaciones:
Las uvas de mesa son visualmente más atractivas. Están en racimos completos y bien estructurados. El tamaño es mayor, tienen una piel fina y apenas contienen pepitas. Al masticarlas, la pulpa es carnosa y muy jugosa. Ha de ser cultivada en climas mediterráneos, sin temperaturas extremas. Además, se guían en parras extensas y con abundante follaje para que este proteja el fruto del sol.
Ahora que conoces qué uvas se utilizan para elaborar vino, el siguiente paso es saber cuáles son las variedades más utilizadas en la elaboración de los caldos. Te invitamos a que conozcas más detalles sobre la elaboración del vino en nuestro blog.
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